Sabias mujeres de la Tierra Sagrada de los antepasados de Ches: Mucuchı́es

Sabias mujeres de la Tierra Sagrada de los antepasados de Ches: Mucuchı́es


Wise women from the Sacred Land of Ches’s ancestors: Mucuchı́es


Yusdely EspinozaORCID logo1

Universidad Nacional Experimental Simón Rodrı́guez, Mérida, Venezuela1

nastibi16@gmail.com1

Fecha de recepción: 12/04/2024

Fecha de aceptación: 24/05/2024

Pág: 270 – 279

Resumen

En la población de Mucuchı́es, como seguramente en otras comunidades de la geografı́a nacional, se encuentran seres que resguardan en sus vivencias una gran parte de la memoria de las comunidades, las cuales son necesarias darlas a conocer. Por las montañas del páramo de Mérida habitan personajes con una energı́a sublime, donde sus acciones demuestran el Don por el cual fueron impregnados, desde tejedores hasta conservadores de medicina ancestral, son resguardados como sutiles frailejones que se conservan en las altas montañas tan misteriosas y silenciosas, pero con un gran espı́ritu de vivir y atesorar lo que realmente pertenece a estas venas andinas. Existe una serie de conversas, visitas, compartir; de las cuales se originan las entrevistas para recopilar información y luego divulgar. Una información basada especı́ficamente en sus autobiografı́as, nada que modificar pero si mucho que degustar (analizar y sustentar), porque son un libro viviente, son un recurso intangible muy valioso que no solo aportan desde sus conocimientos concretos, sino que además ayudan a tejer la historia, la historia de estos espacios que en algún momento fueron asentamientos indı́genas con una encantadora vida y después de algunos siglos hoy se puede deleitar su efı́mera fragancia.

Palabras clave: ancestral, antepasados, autobiografı́a, conocimientos, cultura.



Abstract

In the population of Mucuchı́es, as surely in other communities in the national geography, there are beings who protect in their experiences a large part of the memory of the communities and which it is necessary to make them known. Characters with a sublime energy live in the mountains of the Mérida moor, where their actions demonstrate the Gift by which they were impregnated, from weavers to conservators of ancestral medicine, they are protected as subtle frailejones that are preserved in the high mountains so mysterious and silent, but with a great spirit of living and treasuring what really belongs to these Andean veins. There is a series of conversations, visits, sharing; from which interviews originate to collect information and then disseminate. Information based specifically on their autobiographies, nothing to modify but a lot to taste (analyze and sustain), because they are a living book, they are a very valuable intangible resource that not only contribute from their specific knowledge, but also help to weave the history, the history of these spaces that at some point were indigenous settlements with a charming life and after a few centuries today you can delight in their ephemeral fragrance.

Key words: ancestral, ancestors, autobiography, knowledge, culture.



Esta obra está bajo licencia CC BY-NC-SA 4.0

Introducción


Los páramos merideños cuentan con una maravillosa historia desde los aborı́genes hasta la actualidad; mucha de esta información se le debe a una gran mujer que no siendo merideña ni venezolana se dedicó por varios años junto con otros investigadores a dejar por escrito parte de este origen, ella fue la Dra. Jacqueline Clarac, antropóloga de estas tierras merideñas, hoy ha dejado un trabajo invalorable en sus diferentes libros donde hace soñar la vida de los indı́genas párameros y sentir la frescura de estos paisajes, entre estas valiosos viajes tenemos: Mérida a través del tiempo; la cual muestra qué sangre corre por estos cuerpo y además, ayuda a comprender y a valorar en la actualidad personajes muy caracterı́sticos de estas tierras que muy sigilosamente tienen esa energı́a ancestral guardadita en sus sabidurı́as que se han conservado y transmitido de generación en generación; convirtiéndose en la prueba viva y real de lo que Clarac dejó en sus libros.

A pesar de los cambios tan violentos que está sufriendo la humanidad en donde cada dı́a se ancla la transculturalización, sin dejar de mencionar las grandes e imborrables consecuencias que marcó la gran invasión de los colonos quienes arrebataron la armonı́a y la plenitud en el nombre de “Dios y civilización” viviendo un proceso indudablemente de aniquilación por siglos y peor aún, todavı́a queda eco de esa terrible destrucción; hoy sin embargo aún existe el privilegio de admirar las pinceladas más sutiles de los antepasados, que se reflejan en el espı́ritu de persistencia hacia nuestra identidad y que están refugiados en algunos corazones parameros.

En los siguientes párrafos se hará un breve viaje hacia el pasado con estas bellas personas del presente, pues escuchar sus inéditas experiencias indudablemente que hacen descifrar la mı́stica que se esconde tras el aroma que arropa su alma. Realmente este escrito es muy corto para todo lo que se puede mostrar de cada una de estas sabı́as mujeres de la Tierra Sagrada de los antepasados de Ches: Mucuchı́es.

Entre aromas, colores, alegrı́a y amor se resguarda la sabidurı́a ancestral


Seguramente habrán escuchado o conocen a la Sembradora de Agua: Ligia Parra (Figura 1), nativa de la comunidad de Misintá, ella viene haciendo en los últimos 25 años el rescate de una ceremonia ancestral dirigida a nuestra Madre Agua, representada en nacientes, quebradas y lagunas.

Madrecita Ligia, como se le dice con mucho amor y admiración; siempre está dispuesta a conversar y compartir esta hermosa experiencia que ha vivido con tanto amor, tiene un sinfı́n de anécdotas como protectora ambiental. Es grato escribir sobre Ligia Parra como fuente de encanto de mı́stica y como mujer de estos páramos merideños, compartir estas lı́neas como esencia de algunas conversaciones con ella, hoy permiten mostrar un poco sobre el latido de ese corazón que ha multiplicado la vida y el amor.

Expresa que, es una ceremonia con identidad ancestral, la cual se realiza con mucho amor y respeto no sólo a nuestra Madre Agua, sino a todos los seres vivos. Es una sabidurı́a que se ha mantenido a lo largo de la historia y ha sido conservada por generaciones; ella se ha dedicado con todo el amor y desinterés a continuar celebrando esta hermosa actividad, haciendo también que sea perdurable en el tiempo. Conocer sobre esta festividad en estos tiempos tan difı́ciles para la sociedad que tiene tantos conflictos de identidad es, realmente un honor tener este maravilloso ser entre estos páramos.

La ceremonia (Figura 2), es un encuentro de unión con la madre naturaleza, en donde se le cuida y protege especialmente a los hermanos humedales y nacientes rodeándolos con cercas y transmitiéndoles mucho cariño. No podemos desconectarnos de la vida que nos rodea, no podemos aislar nuestros sentimientos, nuestra espiritualidad y la acción; toda debe estar en unión y en inmensa armonı́a; por eso se les visita con respeto y mucho amor. Tanto a las lagunas como a las nacientes, humedales, quebradas, rı́os se les ofrenda miel, semillas, flores, incienso, frutas y una vela, además se le dedican canciones o poemas para que siempre se mantenga viva y feliz; en ese momento se les brinda la mejor energı́a humana posible.

Figura 1: Ligia Parra.
Fuente: Yusdely Espinoza (2022).


Figura 2: Ligia Parra con integrantes de la comunidad de Angostura, rodeando el humedal para comenzar con la siembra de Agua.
Fuente: Yusdely Espinoza (2022).


Entre escuchar con mucha atención las conversaciones de la madre Ligia y vivir esta ofrenda, es necesario compartir un texto que refleja cómo estas ofrendas tienen la esencia de otras culturas ancestrales de todo nuestro territorio; en donde prevalece la unión y la fortalece como identidad ancestral.

Ası́ lo expresa Apffel-Marglin (2021):

Como percata el antropólogo francés Pouillon, el mundo del pueblo Dangaleat de Chad en Africa –como para los campesinos andinos-, no está dividido en una realidad visible y patente de este mundo y en otra realidad invisible y de un mundo sobre natural. En ellos los espı́ritus son vivenciados en vez de profesar una creencia –que es asunto de fe- y las vivencias son siempre locales. Los espı́ritus no existen necesariamente de las mismas maneras o teniendo la misma forma, en todas partes; más bien radican en una liga particular o como se dice en los Andes, viven en el Pachas (p. 37).

Esto lo siente, conserva y enseña nuestra Sembradora de Agua, en cada ceremonia que realiza. No existe una ofrenda, si no hay conexión con todo lo que nos rodea y todo lo que somos, porque simplemente somos uno sólo. Es un infinito tejido hecho con puntadas de amor hacia la vida, la cultura, el ambiente, la comunidad, la educación, la historia. . . en donde se deja una estela imborrable de los taitas sobre todo sus respetuosas y significantes relaciones con el cosmos.

Es una celebración totalmente comunitaria (Figura 3), se integran una gran cantidad de miembros de la comunidad quienes visitan al lugar mágico con mucho respeto y amor; además no puede faltar la presencia de la energı́a más sublime del ser: las niñas y niños; son ellos quienes con su encanto hacen florecer la vida y dejan la más sutil señal de vinculo y amor por y para la madre naturaleza; su ingenuidad los orienta a encontrarse con el espı́ritu de la vida.

Figura 3: Ligia Parra junto a niñas realizando una siembra de Agua en la comunidad de Misintá, sector Las Angosturas.
Fuente: Yusdely Espinoza (2022).


Madrecita Ligia, por medio de esta celebración ancestral ha enseñado desde la vida de los sabios taitas por ello, es tan valiosa para la humanidad.

Es vital citar también a Clarac, pues en una de sus investigaciones concluyen que los aborı́genes de esta región hacı́an las ofrendas en épocas especı́ficas dependiendo de su necesidad o petición hacia la Madre Tierra; Clarac (1996):

(...) Un mes del medio, durante el cual se celebran fiestas dedicadas a la luna y a las lagunas (identificadas con la laguna), periodo que correspondı́a a nuestra actual mes de mayo. Ya estaba desarrollándose el periodo de lluvias y se debı́a prevenir las inundaciones, con rituales que se hacı́an a orillas de las lagunas (...)

De igual manera, estas ofrendas permiten conversar y pedir por la necesidad que se tenga. Es una relación de complemento; se cuida la Madre Agua y a cambio ella ayuda para los cultivos y para la propia vida. Si la cuidamos a ella nos cuidamos, a esto se le puede llamar intercambio. Esto orienta hacia la vida tan plena y consciente de todo este asentamiento indı́gena permite después de tantos siglos contemplar el rocı́o, los matices, el aroma y el eco de voz ancestral que aún permanece entre estas lagunas, montañas, frailejones, como caudal que refresca la boca feroz y sutil del atardecer.

Ella viene desarrollando esta labor con el apoyo incondicional de los agricultores de este municipio Rangel organizando un gran equipo de trabajo con identidad propia como Asociación de Coordinadores de Ambiente por los Agricultores de Rangel (ACAR), integrado básicamente por hombres quienes respetan y quieren mucho a su madrecita Ligia, de igual forma ella les quiere y admira por su gran trabajo. Han logrado proteger y rescatar una gran cantidad de humedales y nacientes, no sólo en Mucuchı́es han pasado también las fronteras estadales, nacionales e internacionales.

Ha tenido el honor de compartir y formarse con sabios indı́genas de diferentes etnias, ası́ que ha sido un recorrido con horizontes múltiples de conocimientos tanto personal como ambiental, cultural y social. Sobre esta hermosa mujer paramera, hay mucho por conocer y escribir. Además de tener el Don de la sabidurı́a ancestral también tiene el Don de darle vida a las letras mediante la poesı́a. Ası́ que, queda un maravilloso horizonte por admirar y prueba de esto es el cierre de esta entrevista, la cual culmina con una interrogante en donde permite saborear el sueño más pleno y dulce de cada amanecer.

¿Cómo florece este Don en Ligia Parra, cómo germina en usted esa conexión con la Pachamama como sembradora de Agua?

Esta pregunta fue realizada en una tarde de visita en su acogedor hogar, el cual tiene como nombre: “Mis siete amores y más de 3000 amantes”.

Con un suspiro profundo, acompañado de un silencio conmovedor, su mirada fijada en no sé dónde y sus manos rosándose una con la otra; respondió:

“Mamita esa es una historia algo larga, en donde tenemos que tener mucho tiempo para contársela con detalles. La vida es realmente un misterio y muy sabı́a, porque ella solita te va encaminado a donde tienes que llegar y con el tiempo entiendes el porqué de las situaciones que te suceden. Hoy todavı́a, sigo descubriendo muchas cosas del camino que Dios escogió para mı́.”

Ası́ comenzó la respuesta de la madrecita Ligia para compartir cómo en su corazón corre sangre ancestral; pero en otro momento se compartirá lo que con mucho amor y nostalgia continuó relatando de su original historia.

Manos sagradas con la fragancia de vida ancestral

Continuando con el breve viaje hacia el pasado, con estos personajes del presente, se puede deducir que el significado de Mucuchı́es sigue siendo muy apropiado para la actualidad Tierra Sagrada de los antepasados de Ches, cada dı́a es más privilegiado, se puede degustar la sabidurı́a ancestral de esta tierra sagrada que fue habitada por nobles y sabios seres. Estas mujeres guardan en su alma y en sus sanadoras manos la brisa de un pasado fugaz y desnudo como la ternura de los amantes.

Entre este frı́o y a veces nublado pueblo vive una linda y sabı́a nonita, llamada Carmen Quintero (Figura 4); quien siempre está a la espera de alguna visita sorpresa. Ella recibe con gran amor a sus pequeñines desde que están en el vientre de su madre, es quien con sabios masajes y oraciones mı́sticas entra en contacto con ellos, además es experta en aliviar y curar los malestares que aún la ciencia no le ha podido encontrar ni explicación ni mucho menos la medicina, tal es el caso de lo que comúnmente conocemos como mal de ojo, cuajo caı́do, mal de madre, pedrejón, culebrilla y otras afecciones más; todas estas graves si no se tratan a tiempo, tan graves que se puede perder una vida. Una comadrona, sobandera y conservadora de la medicina ancestral con más de 80 años de experiencia, pues para los momentos está próxima a cumplir 104 años de edad y aún aplica su sabidurı́a en mujeres embarazadas y bebes, ya que para atender partos y realizar las otras sobas (Figuras 5 y 6) donde requiere más agilidad y fuerza ya no puede. Sin embargo, igualmente la visitan y le piden recomendaciones para alguna de esas afecciones.

Figura 4: Nona Carmen Quintero.
Fuente: Yusdely Espinoza (2022).


Con sólo estar junto a nonita Carmen, ver sus ojos dulces como la miel, sentir sus manos suaves como el olor del jazmı́n y escuchar ese breve abrir y cerrar de labios silenciosamente en donde hace su sagrada oración, hacen que ocurra el milagro ancestral de la sanación. Muchos pero muchos los partos que asistió entre los páramos de Mucumamó y hasta Torondoy siempre acompañada del amor y la sabidurı́a de sus ancestros. Con una memoria lúcida como el amanecer, recuerda y narra su vida entre frailejones, lagunas, trabajo agrı́cola, apañadas de leña, amarres de trigo, convites, festividades comunitarias religiosas. . . cada hecho un recuerdo imborrable y nuevamente anhelante. Sus ojos se invaden de gotitas de sentimientos, por aquella época tan bonita y especial que lentamente fue dejando atrás. Hoy es un libro viviente en historia, geografı́a y sobre todo en conocimiento ancestral en cuanto a la medicina natural.

Nonita Carmen, nunca olvida su guı́a terrenal la comadrona Inés Marı́a Molina, quien era la partera patentada de aquella época y quien le atendió los partos a su mamá. Es ella quien la encamina a descubrir el Don que tenı́a bien guardadito en su espı́ritu y el cual le acompañarı́a toda su vida. La comadrona Marı́a Inés, marcó sigilosamente la vida de esta hermosa mujer con gestos, miradas, ejemplos y aromas, sin ella saber que en algún momento servirı́a a su comunidad con todos esos detalles.

Figura 5: Nonita Carmen sobando a un niño que tenı́a mal de ojo.
Fuente: Yusdely Espinoza (2023).


Figura 6: Nonita Carmen sobando el tobillo el cual presentaba esguince.
Fuente: Yusdely Espinoza (2022).


Sin mucho tiempo para tomar sus propias decisiones y mucho menos para pensar qué hacer, le toca atender su primer parto a los 22 años, se encontraba en el páramo de Mucumpis, en ese momento no habı́a partera y llega la señorita Carmen bella, inteligente y ágil. Al ver el afán de la mujer y su esposo, la atiende y pone en práctica lo que hacı́a Doña Inés. “Ella me dejó varias luces para usarlas en el camino que me esperaba. . . y hoy me acuerdo claramente lo que ella me enseñó”.

Ası́ comparte ella sus lindas experiencias parameras como partera, extendiéndose por la zona de Torondoy, los páramos de Mucumpis, Mucumamó, Los Caracoles, La Mucumpate y algunas comunidades de la población de Mucuchı́es. 103 años para conocer una cultura, una vida de raı́ces con hilos encontrados en un pasado eternamente latente, en cada soba, en cada oración, en cada mirada acompañada de una sabı́a sonrisa; refleja la resistencia cultural que ferozmente atañe su alma. Nonita Carmen, un honor que sus manos inquietas y rebeldes continúen el andar de estos cuerpos fugases que retornan hacer historia. Para unos es un ángel, para otros es representada como madre indı́gena, para la vida es la sabidurı́a plena resguardada entre el sabor del frailejón, la suavidad de sus oraciones y el misterio de las lagunas que le fueron sus fiel compañeras.

Escribir sobre la esencia ancestral que aún se conserva en el espı́ritu de estas mujeres de los páramos del estado Mérida, compartir con ellas verlas reı́r, llorar, viajar juntas a sus recuerdos, tener ese privilegio es un gran honor y quedan muy corto esta información compartida a través de este escrito, ası́ que les invito a visitar a estas Sabı́as mujeres de la Tierra Sagrada de los antepasados de Ches: Mucuchı́es. En donde les recibirán con una grata sonrisa y una energı́a sutil.


Referencias


Apffel-Marglin, F. (2021). De Ciencia a Ritual: un Relato Andino. Universidad Smith Norrhampton, Massachusets, EE.UU.

Clarac, J. (1996). Mérida a través del tiempo. Los antiguos habitantes y su eco cultural. Mérida: Universidad de Los Andes.