La memoria cultural y la lectura. La literatura infantil de José Gregorio González Márquez


La memoria cultural y la lectura. La literatura infantil de José Gregorio González Márquez





Entrevista a: José Gregorio González Márquez
Docente y Autor de Literatura Infantil
Por: Santiago Roca

La literatura infantil tiene la cualidad de transmitir imágenes poéticas y recrear vivencias en la mente de niñas y niños. La calidez de esas experiencias contribuye a inculcar en los jóvenes el hábito de la lectura para ayudarlos a convertirse en sujetos críticos. En esta entrevista, José Gregorio González Márquez, autor de literatura infantil, ofrece una reflexión personal sobre la importancia de las historias de pueblo en la creación poética, haciéndose parte del reconocimiento de la memoria oral en la elaboración de textos que faciliten que los jóvenes comiencen a cultivar valores comunitarios.


Los primeros pasos de un poeta para niñas y niños

Mi nombre es José Gregorio González Márquez. En principio, yo soy docente. Me gradué de maestro el 31 de julio de 1982, con 17 años, y ya tenía la inquietud de escribir. Yo nací en La Azulita, y no tuve mucho acceso a la literatura, porque en mi pueblo en ese momento no había biblioteca. Sin embargo, yo tenía un amigo que se llamaba Carlos Augusto, que me prestaba libros de cuentos y poemas. Cuando vine a Mérida terminé de hacer el bachillerato y entré en la escuela normal. Entonces me convertí en un asiduo visitante de la biblioteca. Siempre quise escribir y tenía la idea de publicar alguna vez un libro. Mi papá estudió hasta tercer grado, mi mamá hasta sexto, pero todas las noches nos contaban cuentos, entonces, la literatura recoge la memoria de la humanidad que pasa de generación en generación.

Figura 1. José Gregorio González Márquez
Fuente: Santiago Roca (2024)


Estudié aquí, hice la docencia, y a los 17 años me fui a Caracas, ahí entré en el mundo cultural. La mayoría de mis libros han sido publicados porque han sido ganadores de concursos. He ganado alrededor de 10 o 12 concursos nacionales y algunos internacionales. La gente me conoce por la literatura infantil, sin embargo he publicado libros de pedagogía, por ejemplo. Estos son “Cuento y novela en el aula de clase” y “La poesía en el aula de clase”; es decir, cómo llevar la poesía a los niños a través de estrategias para la escuela, para que vean que la imaginación es un patrimonio de todos los seres humanos. Nosotros los adultos la bloqueamos por la cotidianidad, pero absolutamente todo lo que el ser humano ha creado ha sido gracias a la imaginación. Entonces, nosotros tenemos que traer esos procesos de imaginación a los niños y los jóvenes, porque eso les va a permitir ser verdaderamente creadores.

Figura 2. Obras en pedagogía, José Gregorio González Márquez
Fuente: Santiago Roca (2024)


Cuando fui a Caracas comencé a leer, sobre todo narrativa. Y, bueno, nació el deseo de escribir poesía. Entonces, empecé a hacer algunos trabajos y se los enseñé a amigos de Mérida, y ellos hicieron las primeras publicaciones. Eso me animó muchísimo. En Caracas empecé a escribir algunas cosas, e hice una publicación en Mérida con un grupo literario que se llamaba “Mucuglifo”. Después, la Universidad de Los Andes publicó “Mujer Profana”, y a partir de ese momento yo comencé a participar en concursos literarios.

Figura 3. Obra literaria, José Gregorio González Márquez
Fuente: Santiago Roca (2024)


En algún momento, por mi trabajo con los niños, me dije que yo tenía que escribir también literatura infantil, entonces comencé a escribir poemas para niños. En Caracas estuve en la Universidad Católica Andrés Bello, y con otros amigos montamos un proyecto editorial, “La Casa Tomada”, y llegamos a publicar más de 100 títulos. Comencé a ganar algunos concursos, sobre todo de literatura infantil, entre esos el Premio Nacional del Libro, la Bienal Ramón Palomares y la Bienal Cruz Salmerón Acosta. También tuve la oportunidad de ganar premios en México y en España, y me han publicado los textos.

Entonces la literatura es maravillosa, pero de alguna manera todo ese mundo lo traía en mí porque el pueblo es parte de mis referentes. Yo tengo muchos libros escritos sobre mi pueblo. De hecho los protagonistas de algunos de mis libros de cuentos para niños son mis amigos, y entre ellos Carlos Augusto, el que me prestaba los libros, porque a él debo haber leído mucho en mi infancia, y lo convertí en protagonista de buena parte de mis libros.

Figura 4. Recital de poesía. Coloquio sobre la Obra de Carmen Delia Bencomo
Fuente: José Gregorio González Márquez (2024)


43 Entonces la literatura es maravillosa, pero de alguna manera todo ese mundo lo traía en mí porque el pueblo es parte de mis referentes. Yo tengo muchos libros escritos sobre mi pueblo. De hecho los protagonistas de algunos de mis libros de cuentos para niños son mis amigos, y entre ellos Carlos Augusto, el que me prestaba los libros, porque a él debo haber leído mucho en mi infancia, y lo convertí en protagonista de buena parte de mis libros.

La literatura infantil y la educación en valores

En el campo de la literatura infantil influyen muchísimo las grandes cadenas editoriales, porque para ellas la literatura tiene un valor económico. Ellas publican lo que el mercado les exige, e inclusive llegan a censurar la literatura. Hay especialistas que dicen que la literatura infantil no debe censurarse, que el niño debe leer de todo. Pero en la literatura infantil hay muchos temas tabú, por ejemplo, los temas de la muerte, el amor, el divorcio, la diversidad... Entonces son temas tabú que muchas editoriales no se atreven a publicar.


Figura 5. Taller de producción de textos poéticos. Museo de Arte Colonial, Mérida
Fuente: José Gregorio González Márquez (2024)


Yo sí creo que se tiene que publicar de todo, porque el lector se convierte en un ente crítico, y es capaz de discernir qué es lo bueno y qué es lo malo para él; qué es lo que quiere leer y qué es lo que no quiere leer. Entonces a veces las grandes editoriales presionan, o ceden a la presión de otros grupos y hay un sesgo. Pero cuando el niño sale a la calle, se consigue con otra realidad. En la calle hay gente mala, entonces no se le puede censurar eso. Últimamente se ha intentado lavar la cara a la literatura, se habla de lo que es "políticamente correcto", y eso es lo que hace daño, porque no refleja cómo es el mundo real.


Figura 6. Taller de producción de textos poéticos. Biblioteca Central Simón Bolívar. Mérida
Fuente: José Gregorio González Márquez (2024)


La literatura infantil no debe escribirse con ánimo pedagógico, es decir, para darle una clase al niño, porque los docentes acostumbramos a hablar mucho de valores, y yo siempre les digo que nosotros no enseñamos valores, lo que podemos hacer es reforzar valores, pero los valores son inherentes a cada ser humano.



Serafina se ha marchado
Mi tortuga se ha marchado sin zapatos ni camisa me dejó sin su sonrisa se fue con el viento alado. Sola, triste, se ha quedado Carminia su compañera que hasta ayer fue su niñera y la cuidó con esmero le dejó solo el tierrero como buena montañera.



Entonces muchos escritores, sobre todo a comienzos del siglo XX, utilizaron la literatura como un vehículo pedagógico, y no estamos de acuerdo con eso, porque es una literatura que termina aburriendo al niño. Ahora, el ánimo pedagógico debe estar dentro, de manera que el niño lea el cuento y le guste. Es decir, no es hacer un libro, por ejemplo, para enseñarle al niño la importancia del agua. Para eso está la escuela. Eso no significa que yo no escriba un cuento sobre el río Albarregas. Cuando uno lee, por ejemplo, las fábulas, son cuentos maravillosos, y tienen moraleja.

Con la literatura educamos, pero no debe ser el fin último, porque lo importante es que el niño se motive a entrar en los procesos de lectura. Los niños tienen derecho a leer. Pero otro de los errores que cometemos es que intentamos que los niños lean lo que nosotros queremos. Y no, porque el niño tiene derecho a leer lo que quiera.


Figura 7. Taller de escritura de poesía. Escuela Estadal Ramón Reinoso Núñez. Mérida
Fuente: José Gregorio González Márquez (2024)


Yo soy Subdirector de la Escuela Bolivariana Gladys Celina Lobo de Carnevali, y en tiempos de pandemia me puse a pensar en cómo trabajar la literatura con los niños, y realizamos un plan de lectura con libros digitales. La idea era enviar un libro semanal para que cuando terminara el año escolar hubieran leído 10 o 12 libros, pero leyeron 36 libros ese primer año. La lectura no debe ser una tarea, porque el fin último no debe ser una “evaluación de lectura” sino que el joven lea. Todo el mundo tiene que leer por placer, porque le llama la atención, pero el niño no puede ser obligado leer.


La literatura infantil en la era de la digitalidad

La lectura abre la mente a mundos maravillosos. Yo siempre he dicho que en cualquier libro que tenga las letras de la A hasta la Z está contenido todo el saber del mundo, porque con el alfabeto se puede escribir sobre todo el conocimiento. Entonces, a los niños hay que atraerlos a la lectura. Primero, les va a permitir ser entes críticos, porque van a tener capacidad de entender el mundo, de establecer su propia opinión sobre cualquier proceso. Además, el niño se divierte con la literatura.



Perro volador
Quiere mi perro volar ser piloto de biplanos guiar con sus pequeñas manos cualquier avión militar. En los desfiles mostrar su rango de capitán parecer todo un galán que a las alturas domina vestido con gabardina y uniforme de edecán.



Cualquier libro de literatura infantil puede ser fabuloso, porque le abre la puerta a mundos que el lector no conoce. El maestro también tiene que ser un lector, porque la lectura y la escritura son los procesos fundamentales de todo el conocimiento humano. Entonces tenemos que motivar mucho a los maestros, porque son los agentes fundamentales para promocionar la lectura.


Figura 8. Coloquio sobre la Obra de Carmen Delia Bencomo. Biblioteca Pública Central Simón Bolívar, Mérida
Fuente: José Gregorio González Márquez (2024)


La literatura que más se vende es la literatura infantil, a pesar de que muchos escritores la consideran como una hermana menor del género. Eso significa que los padres se preocupan mucho por comprarles libros a los niños. En estos momentos la tecnología no es un enemigo, sino un competidor bastante duro. Porque ahora hay narrativas digitales, y toda narrativa tiene una intencionalidad, captar la atención de alguien para un fin. Yo siempre les digo a los maestros que un porcentaje muy alto de esas narrativas que circulan en Internet son mentiras o medias verdades, porque son concebidas para los mercados. Pero la tecnología tiene que ser un elemento fundamental para nosotros.


Figura 9. Lectura de poemas. Feria Internacional de Libro 2021, Caracas
Fuente: José Gregorio González Márquez (2024)


Si usted entra a una página, va a leer cualquier artículo y encuentra una serie de enlaces, y entonces empieza a entrar en esos enlaces y lo llevan a otro lado, y eso lo atrapa a uno. Y cuando viene a ver, toda la información está fragmentada. Entonces, para mí es muy importante la tecnología, pero tenemos que tomar esa tecnología como una herramienta para mejorar. Promocionar, por ejemplo, la lectura y la escritura. A lo mejor dentro de 50 años ya no existe el libro en físico, pero el libro ha sido el resguardo de todo el saber humano desde antes de la imprenta y tiene que seguirlo siendo aun en formato digital. El libro ha sido, digamos, el elemento más importante para mantener la memoria histórica. Primero fue, por supuesto, la memoria, la literatura oral, y luego la literatura escrita, como vehículos de la memoria colectiva.


De caballos de madera a estrellas submarinas

“Las gallinas van en tren” está escrito en décimas. Esto fue un experimento, vamos a decirlo así, porque nunca en mi vida había escrito una décima. Vi la convocatoria de la Bienal Cruz Salmerón Acosta y pensé en escribir unas décimas. La décima tiene una composición un poco difícil, son diez versos y deben tener una métrica de ocho sílabas cada uno. Entonces, me puse a hacer el ejercicio, luego ya tenía más de 60 décimas, y ahora he escrito más de 150 décimas. Ese premio fue importante para mí, porque el primer poema que me aprendí de memoria, un poema titulado "Azul", es justamente de Cruz Salmerón Acosta.



Caballito de madera
Caballito de madera viajero de los caminos galopas con los destinos de cada niño que espera. Al llegar la primavera lanzas tus crines al viento con tu jinete sediento recorres ríos y valles trotas alegre por calles en las páginas de un cuento.



Todos los poemas del libro son para niños, tienen una carga de humor, la mayoría de los protagonistas son animales, y ese es un libro que ha gustado muchísimo. Quizá el fin último de participar en un concurso no sea ganar, sino que el libro queda y que vengan otras oportunidades de publicar.

Este libro, "Astronomía Submarina" es un cuento que tiene que ver con la memoria de los pueblos, con los saberes de los pueblos, porque trata de un niño a quien la maestra le pregunta qué quiere hacer cuando sea grande, y responde que un "astrónomo submarino", porque su madre le contaba que las estrellas fugaces caían en el agua, y él quería estudiar las estrellas que cayeron al mar. En la mayoría de los cuentos se percibe un entorno amoroso, es decir, ese amor de niño, los valores están ahí, y la mayoría de esos cuentos tienen que ver con mi pueblo.


Figura 10. “Las gallinas van en tren”, José Gregorio González Márquez
Fuente: La tinta invisible (2024)



Mariposa de papel
De las manos de mi niña sale aprisa, busca al viento ya se mece a paso lento mientras cruza la campiña. Alegre vas por la viña mariposa de papel sabes que en ese vergel todavía no ha llovido no mojarán tu vestido las goteras en tropel.



Yo soy de los que cree que el libro es el que busca el lector, no el lector busca el libro. Una vez le dije a mis alumnos que en la biblioteca pública había encontrado un libro de 1937 que nadie había leído, porque tenía las páginas pegadas, y les expliqué el proceso de refilado del libro, y que muchos libros de esa época están así. Después el libro se extravió, para mí la explicación fue que se dejó leer una vez por mí, y se volvió a esconder esperando que otro lector lo encuentre.


Figura 11. Obra literaria, José Gregorio González Márquez
Fuente: Santiago Roca (2024)


La literatura infantil es una obra colectiva

Una cosa que me preocupa muchísimo es que en Venezuela hay muy poca generación de relevo escribiendo literatura infantil. Yo he intentado hacer talleres y formar gente, porque pienso que el conocimiento no puede quedarse con uno. Necesitamos formar gente que trabaje con literatura infantil, y necesitamos investigadores. Otra preocupación es que debe haber un plan de lectura, porque en los últimos años se ha publicado mucho, pero es necesario un plan de lectura bien coordinado. Además se debe promocionar el libro y la lectura. Los maestros estamos obligados a promocionar la lectura, sin olvidar la memoria oral, porque las vivencias son las bases de todos los saberes.


Figura 12. José Gregorio González Márquez
Fuente: José Gregorio González Márquez (2024)


Biografía

Nace en La Azulita, Estado Mérida (1965). Licenciado en Educación (UCAB) y Magister en Tecnología Educativa (UNEFA). Poeta, narrador, ensayista y editor, especialista en literatura infantil, el libro y la lectura. Ganador de la V Bienal Nacional de Literatura Cruz Salmerón Acosta (2019). Ha publicado, entre otras obras: “Mujer Profana” (1995), “La Ranita Amarilla” (2006), “Rostros de la Insidia” (2007), “Caballito de Madera” (2004), “La Tinta Invisible y otras historias” (2008, 2012), “Transeúntes” (2015), “Golondrinas” (2015) y “Las gallinas van en tren y otras décimas” (2021).


Contacto: aldebarantauro@gmail.com
Blog: La tinta invisible https://latintainvisible.wordpress.com/