Entrevista a: Oscar Pérez
Productor del vino artesanal “Evocar”
Por: Santiago Roca y Raquel Barrios
Cada vez es más común que personas y colectivos que crecieron en medios urbanos encuentren en la producción alimentaria una ocupación que les permita combinar lo mejor del campo y la ciudad. Este fenómeno representa no solo un esfuerzo de rescate del conocimiento popular, sino también una forma de apropiación de saberes que facilita su reproducción y promueve el surgimiento de redes de colaboración. En esta entrevista, Oscar Pérez -profesional merideño- relata la experiencia de su incursión en el mundo de la producción artesanal de vino de frutas.
Figura 1. Oscar Pérez y Raquel Barrios, artífices del proyecto de producción artesanal de vino de mora
Fuente: Santiago Roca (2025)
Mi nombre es Oscar Pérez, soy bibliotecario
adscrito a SERBIULA (Servicios Bibliotecarios de la Universidad de Los Andes) y junto a mi
pareja, Raquel Barrios, somos emprendedores
merideños que llevamos adelante un proyecto
de producción artesanal de vino de frutas.
Actualmente nos estamos dando a conocer
con el vino de moras, rubro que nos está
permitiendo ganar conocimientos y entrar en
el mercado de la producción artesanal en el
Estado Mérida. Iniciamos nuestra trayectoria
en 2019, especializándonos en la producción de
aguardiente; el proceso consistía en elaborar
mostos de panela de caña de azúcar que, tras
ser fermentados con levaduras y posteriormente
destilados, se convertían en aguardiente. Años
más tarde, de manera natural, nuestra curiosidad
por los procesos de fermentación y el deseo de
emprender nos llevaron a una nueva experiencia
productiva: la elaboración de vinos.
El proyecto comenzó porque, gracias a Raquel,
tuvimos acceso a un alambique de 400 litros, lo
que nos motivó a la tarea de investigar cómo
era el proceso de destilación para llevar a cabo
la producción del aguardiente. Luego empezó
una labor más exhaustiva de investigación por
diferentes bibliotecas para obtener material que
nos permitiera aprender del proceso de obtener
un producto de alta calidad. Al inicio del
proyecto, investigamos en textos especializados
sobre fermentación y destilación, así como también
a través de la visita a personas y lugares dedicados
a este tipo de actividades. Uno de los primeros
documentos al que tuvimos acceso fue el Manual
de Destilación Urbana, de Asclepius Merlai, que
nos sirvió de base para iniciar la generación del
mosto de la panela de caña de azúcar para producir
alcoholes.
Esto nos permitió comprender que cada
aspecto de la producción artesanal es valioso, comenzando con la selección de la materia prima,
la panela de caña de azúcar o las moras, que deben
estar en el momento adecuado de maduración para
obtener los mejores resultados. Además hay otros
pasos sumamente importantes, como el cuidado
de la higiene de todos los elementos, la toma de
lecturas de gravedad inicial para tener en cuenta
el nivel de alcohol potencial a obtener, el control
adecuado del PH en el mosto y el cuidado de los
balances necesarios para obtener un producto de
alta calidad.
Por ejemplo, notamos la importancia que tiene
medir los valores de densidad de los mostos
para tener un valor aproximado de alcohol a
producir. Es decir, las levaduras tienen ciertas
tolerancias para producir alcohol; y los azúcares
que las levaduras van a usar para transformarlas
en alcoholes tienen una medida específica. Es decir,
si una levadura tiene una tolerancia de 13 %, no
debes exceder la cantidad de azúcares fermentables
si tu objetivo es un vino seco, porque la levadura
no va a tener la capacidad de procesarlas todas.
El primer paso es la selección de la materia
prima. En este caso estamos hablando de la
mora, que debe estar en un grado de maduración
bastante alto para que la fruta contenga mayor
cantidad de azúcares fermentables y puedan ser
transformados en alcohol. Una vez que se tiene
la materia prima, se procede a realizar un jarabe
de azúcar, puesto que la mora no tiene la misma
cantidad de azúcares que tiene -por ejemplo- la
uva, por lo cual, se debe adicionar un jarabe de
azúcar para llegar a los niveles de alcohol potencial
en el mosto y obtener un vino de una graduación
adecuada, entre el 11 y 13 %.
Posteriormente, viene el proceso de sanitizar el
mosto. Para eso se utilizan productos para evitar
el crecimiento de levaduras salvajes o bacterias
que puedan contaminar el producto. Luego se
hace una maceración de las moras durante un
período determinado por el tipo de perfil que se busca en el vino y así extraer los jugos, aromas
y características de la fruta, para aportárselos
al jarabe de azúcar. Más adelante, se toma una
lectura de gravedad inicial y se realizan los ajustes
necesarios para entonces inocular la levadura y
empezar el primer proceso de fermentación. Este
primer proceso tiene una duración de 1 a 2
semanas, se trata de un período variable porque la
temperatura influye mucho. Las levaduras -por lo
general- trabajan a unas temperaturas que rondan
entre los 17 y los 36 grados Celsius, por lo cual la
temperatura del ambiente es determinante en este
proceso.
Figura 2. Diferentes etapas del proceso artesanal de la producción de vino de mora
Fuente: Oscar Pérez (2025)
Una vez que termina el primer proceso de fermentación, se procede a hacer un trasiego para remover la mayor parte de los sedimentos que se encuentran en el fermento y se pasa a una segunda fase de fermentación anaeróbica y acondicionamiento. En esta fase el vino empieza a tornarse más claro, los sabores y los aromas empiezan a estar más presentes y se alcanza la transformación total del azúcar en alcohol por efecto de las levaduras. Luego de que el segundo proceso de fermentación termina, se realiza un nuevo trasiego y se pasa al proceso de clarificación, para lo cual se utilizan distintos elementos, bien sean minerales, vegetales o animales, que se añaden para lograr el brillo final del producto.
Figura 3. Resultados de la producción artesanal de vino de mora
Fuente: Raquel Barrios (2025)
Más adelante, se procede a un nuevo trasiego para terminar de extraer los sólidos precipitados al fondo del vino y llevarlos a la estabilización, previa al embotellado. Después se encorcha, se coloca cápsula térmica y etiqueta, y se procede a refrigerar para terminar de estabilizar. Si el objetivo es un vino dulce, se adicionan productos que adormecen las levaduras restantes en el vino, para evitar que se prolongue el proceso de fermentación; lo que ocasionaría mayor presión en la botella.
En principio, hemos partido de la base del conocimiento rescatado de material bibliográfico sobre los procesos de destilación de mostos. A esto se le suma la experiencia y los conocimientos brindados por productores de aguardiente del Estado Mérida. Al momento de iniciarnos en la elaboración de vinos, tuve la oportunidad de compartir experiencias con otros productores, quienes me brindaron información sobre un curso de capacitación dictado por el Instituto Nacional de Capacitación y Educación Socialista (INCES), en el cual pude compartir conocimientos técnicos y tener mejores bases para complementar el proceso de capacitación.
Figura 4. Oscar Pérez y el grupo de emprendedores que se capacitan en la elaboración de vinos de frutas en el INCES Mérida
Fuente: Raquel Barrios (2025)
Figura 5. Intervención de Oscar Pérez en el cierre del Curso de Elaboración de Vinos del INCES
Fuente: Raquel Barrios (2025)
Así mismo, nuestra experiencia ha sido compartida con otras personas interesadas en elaborar sus propios vinos. Algunos han obtenido mejores resultados que otros, pero seguimos aportando apoyo y colaboración para que también puedan hallar los mejores resultados. Hemos tenido oportunidad de contactar con otros productores y compartir opiniones, recetas, incluso catas de sus productos, lo que nos ha permitido obtener y transmitir una parte de la experiencia que hemos podido acumular. Así, tuve la oportunidad de conocer al señor Rubén, quien es agricultor de moras en el municipio Santos Marquina. Él, al conocer el fin de la actividad, ha tenido a bien facilitarnos una materia prima de gran calidad, y eso se ve reflejado en el producto final.
Figura 6. Diferentes materiales y herramientas utilizados en la producción artesanal de vino de mora
Fuente: Óscar Pérez (2025)
Al ingresar al curso en el INCES, conocí a personas que estaban produciendo sus propios vinos de frutas. También volvimos a compartir con el Colectivo de Intercambio Agroecológico “Mano a Mano” e hicimos contacto con Jackson Andueza -amigo de larga data-, quien fue un gran apoyo para llevar adelante el primer proceso de embotellado. Él contaba con una encorchadora, tenía experiencia realizando los vinos y tuvo la amabilidad de brindarnos su conocimiento. Antes de sacar la primera producción a la venta, nos orientó para ofrecer un producto óptimo, sobre todo en el proceso de embotellado y encorchado, lo que nos llevó a tomar la decisión de adquirir equipos para esta actividad. El corcho es importante en el vino porque permite una evolución gradual en la botella al dejar pasar pequeñas cantidades de aire (microoxigenación) que ayuda al desarrollo de aromas y sabores. Su capacidad de sellado impide la entrada de oxígeno en exceso y protege al vino de agentes externos, mientras que su condición natural y porosa es vital para el envejecimiento y la conservación.
Figura 7. Oscar Pérez, emprendedor en la
producción artesanal de vino de mora
Fuente: Raquel Barrios (2025)
En las actividades de elaboración de mostos
para la producción de vinos el aprendizaje no
se ha detenido; cada nueva experiencia deja una
nueva lección. Un avance ha sido la adquisición de
herramientas de medición, las cuales han permitido
llevar el proceso de producción a un mayor nivel de
control de las variables, lo que se nota en la calidad
de nuestro producto. El proceso ha cambiado
considerablemente en los últimos meses, ya que la
trayectoria acumulada, el conocimiento adquirido
y las herramientas necesarias han hecho que toda
la producción sea más minuciosa en cuanto a los procesos de elaboración.
En este momento estamos enfocados en la
producción de vino de moras, pero también
estamos incursionando en la elaboración de vinos
de distintos tipos de frutas. Esta iniciativa está
en fase de experimentación, ya que el objetivo
es poder realizar vinos de alta calidad. Por eso
esperamos que, en la medida en que sigamos
aprendiendo, sea posible mejorar y diversificar la
producción con miras a encontrar un lugar en el
mercado de los vinos merideños.
Figura 8. Propuesta de imagen de Evocar, vino de mora artesanal
Fuente: Óscar Pérez (2025)
El producto se distribuye a nivel local entre
varios amigos y conocidos, y nos valemos de
las redes sociales para alcanzar un público más
amplio. La respuesta a nuestro producto ha sido
bastante satisfactoria. Quienes han tenido a bien
aportarnos alguna opinión o comentario, han
mostrado mucho agrado por las cualidades de
nuestro vino, resaltando el cuerpo del mismo,
los aromas y el equilibrio general del producto.
Actualmente estamos trabajando en la imagen de
presentación del vino, la cual seguramente ofrecerá una visión clara de la calidad de nuestra propuesta.
Como en el caso de muchos emprendedores, los
principales retos están asociados a la financiación
del proyecto. Es sabido que contar con un capital
de inversión inicial es crucial para que todo
emprendimiento pueda encontrar su espacio en
el mercado, ya que obtener los elementos y
herramientas necesarias es imprescindible para
llevar adelante cualquier actividad comercial, por
pequeña que sea. La manera que hemos encontrado
de llevar adelante el proyecto ha sido fraccionar
su escalabilidad, al punto de ir creciendo poco a
poco, con la intención de ampliar la capacidad de
producción y facilitar el trabajo con la adquisición
de mejores materiales y herramientas.
Figura 9. Oscar Pérez y Raquel Barrios, emprendedores de la producción artesanal de vino de mora
Fuente: Santiago Roca (2025)
Por otro lado, mantenemos un proceso continuo
de ensayo. Experimentamos con la fruta que
tenemos a disponibilidad, la fruta de temporada,
y se estudian sus propiedades para convertirlas
en vino. Con fines de experimentar se ha hecho
vino de arazá -también conocida como guayaba
amazónica-, fruta con cualidades que pueden
funcionar muy bien en un vino. No es una fruta que
se produce a nivel comercial, sino hay personas que tienen algunas plantas en sus casas y las ofrecen.
Se trata de una fruta cítrica y con un sabor muy
peculiar que le confiere un potencial interesante
para convertirse en vino.
Aunque la motivación de hacer los vinos ha
sido principalmente económica, nos ha generado
una gran satisfacción el proceso de aprender lo
que estamos haciendo. Resulta muy grato ver que
somos capaces de generar algo que a la gente
le gusta. Yo pienso que el lado más importante
de toda la experiencia ha sido ése, recibir la
respuesta de los consumidores, encontrar que
el producto al que le estás dedicando tiempo,
estudio y esfuerzo es bien recibido. Dadas las
respuestas de los consumidores, pensamos que este
proyecto se puede extender a mediano y largo
plazo, incluyendo la apertura de nuevas líneas de producción a otros rubros de fruta, con el fin de
obtener vinos de distintos perfiles y de mostrar
alternativas de valor en el mercado de los vinos
de frutas.
Oscar Pérez nació en Upata, Estado Bolívar
(1985). Emprendedor de la producción de vino
artesanal “Evocar”. Bibliotecario especialista en
información con más de 20 años de experiencia.
Actualmente complementa su ocupación principal
con la investigación en materia de vinos y la
producción artesanal de vino de frutas.
Correo electrónico: vinosevocar@gmail.com
Instagram: @vinos_evocar