La sinfonía del alma: Una vida dedicada a formar músicos y corazones

La sinfonía del alma: Una vida dedicada a formar músicos y corazones


Entrevista a: Yeimy Piaspam

Formadora de las cátedras de Coro y Piano de El Sistema de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles del estado Mérida, Núcleo Mérida.

Por: Anagabriela Ordaz


La habilidad para la música puede considerarse un regalo, sin embargo, el amor por enseñar es una trayectoria que se edifica poco a poco. No solo se requiere talento; se necesita el alma, la entrega y la responsabilidad de ayudar a otros a descubrir su propia expresión. Este es el impulso que motiva la existencia de una joven profesora, quien ha invertido una parte significativa de su vida en fomentar la pasión por el canto coral y el piano. En esta entrevista, conoceremos la rica partitura de su trayectoria, celebrando el impacto que ha tenido en cada uno de sus alumnos y en la sociedad.


Primeros compases: Los orígenes de una vocación y el legado familiar

La historia de Yeimy Angelin Piaspam Contreras, nacida en la ciudad de Mérida el 2 de octubre de 1994, está íntimamente ligada a una vocación que floreció gracias a la visión de su madre. La música se instaló en el hogar Piaspam Contreras desde muy temprano, motivada por una madre que aprovechó la oportunidad de un proceso de audición en el colegio para garantizar que sus hijos tuvieran una base artística.

“Mi mamá quiso que tuviéramos una base musical, así que me inscribió en la cátedra de piano y en la Cantoría Infantil de Mérida. Allí comenzó todo” recuerda Yeimy con nostalgia.

Yeimy tuvo una niñez marcada por la sensibilidad, la observación y la tranquilidad. Es la hija menor de su familia, fue una niña callada y serena, pero con una aguda capacidad de observación que la hacía estar muy atenta a su entorno. Desde pequeña, demostró ser una persona equilibrada y justa, siempre estaba dispuesta a defender la verdad y a ser equitativa entre sus hermanos y amigos. Esta honestidad y espíritu colaborador la definieron, junto con un entusiasmo natural por la música que se manifestaba al cantar con sus hermanos las melodías que sonaban en la radio.

Figura 1. Familia Piaspam Contreras
Fuente: Yeimy Piaspam (2012)


Cuando Yeimy inició sus primeros pasos en este medio, lo hizo como un aprendizaje extracurricular, formación que luego se convirtió en lo hoy en día es su vocación. Y es que fue bajo la guía de la maestra María Concepción Jáuregui, su profesora de piano, que descubrió la magia de la docencia. La forma en que transmitía su conocimiento sembró en ella el deseo de enseñar, de compartir su pasión y de inspirar a otros a través del arte.

Este impulso la llevó a una trayectoria precoz y destacada: desde el Coro Pre-infantil y Juvenil de la Cantoría de Mérida (participando en sinfónicos corales y ganando el tercer premio en el Festival D’Canto 2007) hasta convertirse, con solo 17 años en 2012, en formadora asistente del Coro Pre-infantil de El Sistema. Actualmente, cursa la carrera de Dirección Coral en la Universidad de Los Andes, en la fase final de pasantías y tesis. Estos estudios le han permitido ir creciendo e ir poniendo en práctica todos los conocimientos, las técnicas y estrategias adquiridas para las enseñanzas, dándole su toque personal en cuanto al proceso de aprendizaje de cada uno de los grupos que maneja. Además, es madre de Margaret, una niña de 10 años de edad que sigue sus pasos en el mundo musical, estudiando en las cátedras de coro, piano y violonchelo.


Figura 2. Concierto del Coro Infantil y la Orquesta Infantil
Fuente: Yudith Contreras (2002)



Primeros compases: Los orígenes de una vocación y el legado familiar

Yeimy cuenta con una trayectoria de 14 años de dedicación a la enseñanza, su labor como formadora coral se ha consolidado como un verdadero motor para el desarrollo humano. A través de su batuta, ha influido en el talento de cientos de estudiantes, mantiene una matrícula actual de aproximadamente 200 alumnos que van desde niños hasta jóvenes y adultos.


Figura 3. Participación de Yeimy Piaspam en el Coro Sinfónico
Fuente: Yeimy Piaspam (2015)



Figura 4. Clase (ensayo) del Coro Niños Cantores
Fuente: Yeimy Piaspam (2025)


El método empleado para la enseñanza de sus alumnos, se diferencia por ir más allá de la mera o simple técnica vocal. Ella fundamenta su enseñanza en la excelencia académica enmarcada con un profundo enfoque humano. Su misión, no es solo que los alumnos dominen una partitura, sino que descubran, utilicen y pongan en práctica todo el potencial artístico que tienen, cultivando la pasión por la música y utilizándola como una poderosa herramienta de transformación social.

“Quiero que mis estudiantes se sientan acompañados, que sientan el coro como su segundo hogar, como una gran familia donde las voces se fusionan. Busco que crezcan en disciplina, autoconfianza y autoestima, áreas fundamentales que impactarán positivamente cada esfera de sus vidas”, expresa Yeimy con una convicción que resuena con cada nota.


Figura 5. Concierto de Misa de Jazz (Catedral de Mérida)
Fuente: Anagabriela Ordaz (2024)


Su pedagogía está anclada en valores innegociables. Para ella, mantener un respeto mutuo y ser empático son las bases fundamentales de la perdurabilidad de un coro. Por esto. en cada ensayo, inculca una comprensión profunda sobre la interdependencia: enseña a sus alumnos que el rendimiento y la actitud de cada individuo tienen un impacto directo en el colectivo. Les transmite que la verdadera armonía no se logra solo con la afinación perfecta de las voces, sino a través de la sincronía de los valores y el compromiso compartido.



Rescate de las raíces: La música venezolana como punto de partida

En un mundo actual cultural donde las tendencias artísticas amenazan con relegar las ricas tradiciones musicales venezolanas al olvido, Yeimy busca constantemente a través de su enseñanza la revalorización de la identidad nacional. Su compromiso trasciende la simple formación artística; ella se enfoca en cultivar en sus alumnos una conciencia cultural profunda. La estructura de su programa de formación, tanto coral como pianística, es estratégicamente didáctica: inicia deliberadamente con el repertorio venezolano y métodos adaptados a los niveles de sus estudiantes. Siendo este enfoque una estrategia pedagógica firme para transmitir a sus alumnos el amor por las melodías, ritmos y armonías que componen el patrimonio sonoro e inmaterial del país.

“La música venezolana posee una riqueza rítmica y lírica increíble; lamentablemente es lo que menos escuchamos en la radio. Iniciar el camino musical con nuestra cultura, permite a los niños, jóvenes y adultos a reconectarse con sus raíces”, asevera Yeimy.


Figura 6. Concierto de Niños Cantores en el Parque Temático “La Venezuela de Antier”
Fuente: Anagabriela Ordaz (2025)


Esta filosofía de enseñanza actúa como un excelente fundamento técnico y vocal para los estudiantes, además que, también opera como un catalizador social. Al rescatar el acervo musical propio, se promueve el sentido de pertenencia y se inculca una responsabilidad patrimonial hacia la preservación de su entorno cultural. Es así como la música se convierte, en el hilo conductor que teje la historia y el futuro de su identidad.


Figura 7. Concierto Disney con la participación de los coros infantiles y la Orqueta Pre-infantil
Fuente: Anagabriela Ordaz (2024)



Impacto de los coros en la articulación social y musical de El Sistema

La labor de las agrupaciones corales se distingue por su profunda capacidad de articulación y su participación activa en la amplia red de programas que operan en El Sistema, que incluyen el Programa Popular, Orquestal, Especial, Alma Llanera y Penitenciario. Los coros funcionan como un punto de encuentro interprogramático. Por ejemplo, el Coro de Adultos participa en alianzas con el Programa Popular, en eventos de fin de año con repertorios festivos de parranda, gaitas y música popular bailable. Asimismo, se ha mantenido un vínculo constante con el Programa de Educación Especial, donde se colabora en aguinaldos y parrandas, utilizando la música como una herramienta de inclusión y apoyo.

La sinergia con el Programa Orquestal es fundamental: los coros han participado en numerosos sinfónicos corales, colaborando con orquestas de núcleos como Ejido. La participación abarca desde la Orquesta Pre-Infantil de Mérida, con montajes de temas de Disney y piezas venezolanas, hasta la Orquesta Infantil, con la que han llevado a escena complejos repertorios como una Misa de Jazz en formatos infantil y adulto.


Figura 8. Concierto Misa de Jazz (Iglesia de Santiago de La Punta de la Parroquia)
Fuente: Anagabriela Ordaz (2024)


Adicionalmente, la Cátedra de Piano, integrada al Programa Orquestal, se nutre de talleres de alta especialización, con la participación de maestros de trayectoria nacional, como el maestro Claudio y el maestro Anderson, quienes viajaron desde Caracas para ofrecer capacitación especializada a los estudiantes elevando la calidad formativa instrumental. Más allá de los núcleos, la visibilidad de los coros y la cátedra se extiende a la comunidad, con conciertos en el casco central de la ciudad y encuentros en otras localidades como La Azulita, municipio Andrés Bello, demostrando que el impacto de la formación musical trasciende el aula para enriquecer el patrimonio cultural y la vida social de la región.



La música como red de contención social

La trayectoria de Yeimy ha generado un cúmulo de experiencias excepcionales que demuestran que sus agrupaciones son, ante todo, una poderosa red de contención y apoyo humano. La música se ha convertido en una herramienta para abordar complejas realidades sociales y emocionales.


Figura 9. Master Class de piano con el maestro Anderson Piaspam
Fuente: Anagabriela Ordaz (2025)


Un caso recurrente es el de los niños que llegan con vacíos emocionales, buscando atención a través de comportamientos inadecuados debido a la ausencia o la carga laboral de sus padres o representantes o en otros casos, niños que en sus colegios o escuelas sufren de bullyng por parte de sus compañeros. El coro en este sentido, actúa como un espacio de reorganización conductual: niños previamente calificados de “insoportables” se transforman en alumnos tranquilos, disciplinados y, lo más notable, en acompañantes y mentores para los recién llegados, demostrando un cambio total en su carácter.

“Hay niños que llegan totalmente cerrados, con los hombros encogidos por la timidez. Pero cuando encuentran a otros que comparten sus mismos intereses y pasiones. Comienzan a hablar, a confiar, a sentirse valiosos y parte de algo que los trasciende”, relata, subrayando el valor terapéutico del colectivo.

Sin embargo, la solidaridad de las agrupaciones se muestra de forma más conmovedora en situaciones específicas. Frente a dificultades económicas extremas o la falta de alimento que han enfrentado algunos miembros, la comunidad coral se activa de inmediato, organizando recolectas y brindando apoyo económico y emocional. Un ejemplo palpable fue el de una compañera del Coro de Adultos que atravesó una crisis económica, recibiendo una colecta que ayudó a aliviar la dura situación que enfrentaba.

El nivel más profundo de esta solidaridad se evidenció con un niño que perdió absolutamente todo (su casa y pertenencias) a causa de las vaguadas ocurrida en el mes de junio en el páramo merideño. La movilización y respuesta fue total: las agrupaciones demostraron un corazón generoso e inmediato al recoger ropa, comida, y hasta muebles donados por las familias para ayudar al compañero.

En cuanto a los adultos, la música juega un papel profundamente sanador. Muchos de ellos, lidiando con el dolor producto de la separación familiar que ha dejado la migración, encuentran en las aulas de ensayos un espacio de compañía, arraigo y apoyo emocional, donde la angustia de la soledad se disipa por completo entre notas y acordes.

Finalmente, la música también ha sido un vehículo para la esperanza y el recuerdo en temas de salud: desde la organización de conciertos benéficos para recaudar fondos para niños con problemas cardíacos, hasta la muestra de solidaridad inquebrantable al acompañar y apoyar a las familias de alumnos que han fallecido por graves problemas de salud. Estas experiencias confirman la filosofía de Yeimy: las agrupaciones corales son, por encima del arte, un espacio de humanidad, apoyo mutuo y la voluntad constante de querer dar y ayudar al prójimo.


Figura 10. Coro de Adultos
Fuente: Yeimy Piaspam (2025)


Figura 11. Coro de Adultos, concierto de cierre del taller de cuatro
Fuente: Anagabriela Ordaz (2024)



Un puente hacia el Sistema de Orquestas

El compromiso pedagógico de Yeimy va más allá del canto coral y la enseñanza del piano. Ella tiene una visión formativa integral y de futuro para sus estudiantes. Su meta es que los niños amplíen su horizonte musical incursionando en otros instrumentos. Por ello, constantemente los motiva y trabaja activamente para buscar los contactos y las herramientas necesarias que permitan a sus alumnos ser incorporados en diversas cátedras instrumentales especializadas. Este esfuerzo intencional busca, en última instancia, formar nuevos talentos que puedan integrarse en el prestigioso Sistema de Orquestas en sus diferentes niveles, asegurando así una proyección profesional y la continuidad del legado musical venezolano.



Retos que afinan la perseverancia y consolidan el liderazgo

El camino recorrido por Yeimy en la formación musical no ha estado exento de dificultades, ella es sinónimo de resiliencia frente a la adversidad. Desde limitaciones económicas que a menudo comprometen la adquisición de material y la operatividad, hasta complejos conflictos institucionales que amenazan la estabilidad de los programas, ha debido enfrentar múltiples y variados desafíos. Sin embargo, su inquebrantable determinación y el respaldo sostenido de representantes, colegas y el entusiasmo de sus estudiantes han sido factores decisivos que le han permitido no solo subsistir, sino seguir impulsando el crecimiento de sus proyectos.

“Siempre, sin falta, aparece una mano amiga dispuesta a colaborar o un corazón dispuesto a ayudar. Esa solidaridad incondicional es el verdadero motor que hace posible que los proyectos sigan creciendo y no se detengan ante ninguna dificultad ”, comenta Yeimy con una gratitud que subraya el valor de la comunidad.

Con el tiempo, Yeimy ha transformado los obstáculos en oportunidades para la innovación pedagógica de sus aulas. Ha desarrollado una notable capacidad para organizar y sistematizar su práctica docente, lo que le ha permitido ajustar sus estrategias de manera dinámica. Ha creado métodos propios y flexibles que aseguran la continuidad de los procesos formativos, incluso cuando el contexto se vuelve incierto o complejo. Este aprendizaje forzado por la necesidad la ha fortalecido significativamente no solo como una educadora de excelencia, sino también como una líder capaz de garantizar la perdurabilidad de su misión cultural y social.



Un puente hacia el Sistema de Orquestas

En cuanto a las participaciones la profesora Yeimy desataca: “Las agrupaciones corales, Infantiles, Niños Cantores y el Coro de Adultos, ha logrado participar en sinfónicos corales como el Carmina Burana y la Cantata Simón Díaz. Se han realizado eventos en casas hogares y ancianatos, llevando algunos productos para ayudar a esas personas que están solitas. Hemos ido a hospitales a cantar también. También hemos hecho talleres, hemos hecho unos talleres de cuatro, ahorita comenzaremos talleres de flauta y tenemos una hermosa profesora llamada Helen Peña que nos ha ayudado muchísimo con las clases. Son pequeños talleres de técnica vocal ”. “También, se han dado participaciones en concierto algo más pequeños, pero fue un Sinfónico Coral exclusivo con el Coro de Adultos, interpretando una misa de Daniel Negi y el Aleluya de Händel, tocándolo en la iglesia Montalbán. Fue un encuentro con el núcleo Ejido”. Por otro lado, en cuanto a composición y distribución de los coros, Yeimy manifiesta que “Se ha manejado dentro de los coros diferentes niveles:

Y bueno, hemos hecho varios conciertos, hemos montado repertorio académico como repertorio más popular, hemos hecho varias colaboraciones con el programa popular como otros programas.”



Un legado que se multiplica

El arduo trabajo desarrollado por esta formadora, ha dado frutos que trascienden su propia labor. Algunos de los estudiantes que pasaron por sus aulas, hoy en día son formadores dentro del Sistema, replicando y ampliando de esta forma la formación recibida. Es así como su legado se multiplica, extendiéndose a nuevas generaciones de músicos y educadores. Actualmente, coordina tres coros infantiles, cada uno con entre 30 y 60 integrantes, además de su cátedra de piano, que atiende entre 15 a 20 estudiantes. Su visión de la docencia no se limita al ámbito musical: busca formar seres humanos íntegros, comprometidos con su comunidad y conscientes de su poder transformador.


Figura 12. Concierto con la participación de los Niños Cantores, Coro de Adulto y la Cátedra de Violas de la formadora Keili Salas (Teatro César Rengifo-ULA)
Fuente: Edén Arreaza (2025)



Sueños y visión a futuro

Yeimy ve el futuro con entusiasmo y esperanza. Su meta es seguir creciendo académicamente y consolidar la presencia de coros de adultos como espacios de desarrollo cultural y emocional. También desea seguir inspirando a nuevos docentes y músicos.

“No importa lo que te digan, siempre se puede lograr. Y a los docentes les digo: nunca vean a un estudiante como un caso perdido. Siempre hay estrategias para lograr algo positivo”, reflexiona.



Un acorde final de gratitud: La música como esencia de vida

La historia de Yeimy Angelin Piaspam Contreras es la prueba de una vocación donde la música ha dejado de ser una disciplina para convertirse en el eje central de su vida y su misión docente. Cada nota, cada clase y cada ensayo que dirige no son solo práctica musical, sino parte de una sinfonía que resuena en los corazones de cientos de personas, recordándonos que el arte es una herramienta poderosa para sanar, unir y transformar la realidad social.

Para esta docente, la música trasciende la definición de simple lenguaje: es una conexión energética espectacular y un auténtico acto de sanación. Ella concibe la práctica musical como un refugio psicológico, un espacio donde se puede expresar la profundidad del ser sin la necesidad de palabras o gritos, sino a través de una “hermosa energía” que libera y transforma. Esta convicción es lo que la inspira diariamente: ver cómo en los niños, la música se convierte en un medio para forjar amistades y una sabiduría colectiva, y cómo en los adultos, el coro cumple un "sueño postergado", demostrando que nunca es tarde para aprender y disfrutar.


Figura 13. Yeimy Piaspam, a la salida del Aula Magna de la ULA
Fuente: Marfa Valero (2025)


Yeimy no solo enseña música; con una profunda calidad humana, guía esta transformación al hacer del ensayo un espacio de empatía donde se atienden las luchas diarias y los problemas de sus alumnos, demostrando que es posible canalizar lo negativo hacia lo positivo a través de la armonía. Como ella misma afirma: “La música es una conexión energética espectacular... sientes la energía incondicional del de al lado ue te ayuda a seguir adelante.” Esta experiencia de acompañamiento colectivo es lo que nutre su quehacer, permitiéndole inculcar una disciplina que trasciende lo artístico y se aplica a la vida misma.

En esencia, la música es para Yeimy la celebración sublime del espíritu humano en comunión. Su labor diaria es un testimonio vivo de que, como reza la sabiduría, “la inmensa riqueza espiritual que emerge de la música en sí misma termina por vencer la pobreza mental.” En tiempos de incertidumbre, su dedicación es un recordatorio de que mientras existan maestras dispuestas a guiar con amor y convicción, siempre habrá esperanza, disciplina y nuevas melodías por cantar.



Biografía

Yeimy Piaspam Contreras nació el 2 de octubre de 1994 en Mérida, siendo la menor de cuatro hermanos. Inició su camino musical en 2001 en la Cantoría de Mérida, demostrando desde niña grandes cualidades artísticas. Su formación fue integral y rápida, participando en el Coro Juvenil y ganando el tercer premio en el Festival Internacional D’Canto 2007. Paralelamente, desarrolló habilidades instrumentales en cuatro y piano.

Formó parte del Coro Sinfónico de El Sistema durante el periodo (2009-2015), participando en montajes internacionales, como la 8va Sinfonía de Mahler en Caracas que estuvo bajo la batuta del Maestro Gustavo Dudamel. A los 17 años, en 2012, inició formalmente su carrera docente en El Sistema, asumiendo la responsabilidad de los Coros Infantiles mientras comenzaba sus estudios de Licenciatura en Dirección Coral en la ULA. Posteriormente, pasó a forma parte de la plantilla de formadores del Núcleo El Espejo, donde abrió la Cátedra de Piano.

Desde 2020, por sugerencia del director regional de aquel entonces, regresó al Núcleo Mérida para asumir la batuta del Programa Coral Infantil y reactivar el Coro de Adultos, que había permanecido inactivo por cuatro años. Actualmente, Yeimy es una figura central de la formación musical en Mérida, liderando cuatro agrupaciones corales, impartiendo clases en la cátedra de piano y dirigiendo una sección de Lenguaje Musical, consolidando un compromiso inquebrantable con la excelencia artística y el desarrollo de nuevas generaciones de músicos.